domingo, 29 de marzo de 2020

Raqmu, la ciudad rosada nabatea

A medio camino de la capital del Reino Hachemita de Jordania, Amán, y del que es considerado uno de los desiertos más bonitos del mundo, Wadi Rum, encontramos la Ciudad Rosada, Petra, originalmente llamada Raqmu. Esta ciudad labrada en piedra, de ahí su nombre griego, fue descubierta en 1812 por Johann Ludwig Burckhardt, cuando este se hizo pasar por un jeque árabe, el cual buscaba la tumba del hermano de Moisés, Aarón. Es una de las 7 maravillas del mundo moderno y está considerada como uno de los 26 sitios que visitar antes de morirse por el Smithsonian.

El Tesoro, lugar donde se guarda el Santo Grial en Indiana Jones.

Puesto que la visita a Petra se realiza comúnmente en 8 horas, lo mejor sería realizarla en dos días o incluso tres, además de poder realizarse ciertos tramos en camello, burro o caballo. La mejor opción para alojarse es ir a la población más cercana de este Patrimonio de la Humanidad: Wadi Mousa, o el Valle de Moisés, situado a tres horas a sur de la capital, tiene 34 hoteles de distinto precio y estilo para adaptarse a los viajeros que quieran pernoctar en esta ciudad.


En este mapa se puede ver fácilmente la gran cantidad de tumbas que tiene Petra

La ciudad, de unos 60 kilómetros cuadrados, se encuentra excavada en tres montañas: Jebel al-Khubtha, Umm Al Biyara y Jebel al-Madhbah, traducido como "La montaña del altar", pues en su cima se encuentra el Lugar Alto del Sacrificio, del que hablaremos más adelante.

Los nabateos fueron una tribu nómada con capital en Petra cuyo reino se extendía por Palestina y Jordania, especializados en la cerámica. Petra floreció al encontrarse en un cruce de rutas comerciales, pues en su mercado se veía mirra, incienso, la propia cerámica nabatea y más productos de calidad.

Si nos desplazamos desde Wadi Mousa hacia Petra pasaremos por Bab al Siq o la entrada al Siq. Pero antes de ver el Siq, nos encontramos con los bloques Djinn. Son 3 rocas talladas esquemáticamente representando 26 deidades de los nabateos. También nos encontraremos con la primera tumba de las 8 principales que hallaremos en nuestro camino. Esta es la tumba de los Obeliscos, el cual es un hemispeo (monumento funerario que tiene parte tallada en el exterior de una cueva y parte subterránea) al igual que todas las tumbas importantes en Petra. Este nombre es falso ya que no son obeliscos, sino nefeshes, elementos arquitectónicos usados para representar las almas de los muertos, habiendo en este caso cuatro. En el centro del enterramiento se halla un triclinium o comedor en el que se celebraban banquetes funerarios en honor al muerto mientras que las cámaras funerarias se hallan a los lados.


Arriba los Obeliscos que dan el nombre y abajo el triclinium. 
Tras esto llegaríamos al Siq o garganta, un desfiladero de más de 1'2 kilómetros y dependiendo de la zona, con solo 3 metros de ancho y 80 metros de altura. Antiguamente, era el cauce de un río que fue desviado para evitar inundaciones. Además, con el sistema de canalización se consiguió abastecer a las 30.000 personas llevando agua a la ciudad del Ain Moussa o manantial de Moisés. Por el camino también encontramos nichos votivos donde se colocaban betilos, imágenes que representaban la presencia divina. Al final del desfiladero encontramos Al-Khazneh, el tesoro.

Una vista del Tesoro, extrañamente desierto.

Al-Khazneh es un monumento funerario construido en una mezcla del estilo árabe y el corintio, mostrando el contacto que tenía con el exterior debido al comercio. Se cree que fue construido durante el reinado de Aretas IV entre el 9 y 40 d.C. como exhibición del poder del reino nabateo, pues la ciudad tuvo un gran desarrollo en esta época. Es posible que las estatuas las hicieran escultores alejandrinos debido a que Petra y Alejandría coexistieron además de la similitud de la construcción con la arquitecta palaciega del Imperio Ptolemaico. Originalmente, estuvo policromado a pesar de que hoy ha perdido el color.

Las fachadas de las tumbas.

Entre al-Khazneh y el teatro se ubica la Calle de las Fachadas, llamada así por las fachadas de las múltiples tumbas que se encuentran a ambos lados. Una vez en el teatro, podemos observar que no solo había tumbas en Petra, sino que el ambiente lúdico también existía. Este fue cavado en la montaña por los propios nabateos pero ampliado una vez convertido en provincia romana, quitando terreno a las tumbas, observable a simple vista por los agujeros que hay en la parte superior de las gradas. La estructura es romana y la ornamentación también, habiéndose encontrado estatuas de Venus, Mercurio y Hércules; pero la albañilería es propiamente nabatea.

El teatro actualmente.

Al llegar al teatro, hay que tomar una decisión: a la izquierda de la calle se encuentra la subida al Alto Lugar del Sacrificio, conformado por un altar circular tallado directamente en la roca, utilizado para el sacrificio de animales, con canales por los que corría la sangre para dedicársela a los dioses Dushara y Al-Uzza; y un bloque de roca donde se colocaban figuras divinas. Tras el ritual, los asistentes tomaban sopa en los bancos dispuestos para ello. Actualmente, es uno de los mejores miradores de Petra al poder observar tanto la ciudad nueva como la antigua al estar a 200 metros de alto. Hay que tener en cuenta que se tarda en realizar dicha subida entre 45 minutos y una hora, pero si luego seguimos el camino en vez de volver, hallaremos un valle, llamado Wadi al-Farasa. Aquí encontraremos un león esculpido en la pared con un canal en la actualmente desaparecida cabeza, por lo que sabemos que era una fuente. El león hace referencia una vez más a Al-Uzza, diosa namatea. Lo que más destaca de este valle es el Complejo del Soldado Romano formado por un patio columnado, un comedor y la propia tumba, con una estatua del fallecido portando su armadura.

La fuente del león.

Pero si en vez de girar a la izquierda, bajamos la colina girando hacia la derecha antes del teatro, veremos las Tumbas Reales, llamadas así por su amplitud y decoración. La primera es la Tumba de la Urna, por poseer esta decoración en la fachada. Seguramente sea el lugar de reposo de Aretas IV y fue usada como catedral dedicada a Cristo durante el periodo bizantino, siendo dotada de ábside. Destacan sus mosaicos del suelo, mostrando representaciones florales, animales, de las cuatro estaciones y mitológicas. Sufrió un terremoto y un incendio, pero el suelo se mantuvo protegido por el desprendimiento del techo. Además, se han encontrado 152 papiros medio quemados, pero algunos legibles y se sabe más de cómo era la vida en Petra. Tras esta está la Tumba de la Seda, llamada así por los colores de la piedra arenisca que forma parte de su fachada. La sucede la Tumba Corintia, con el nombre mal atribuido por su decoración floral similar a las hojas de Acanto, pero siendo una decoración típica nabatea. Por último encontramos la Tumba del Palacio, la más grande de todas. Al cincelar la portada se quedaron sin montaña, por lo que tuvieron que añadir bloques de piedra en la zona superior. Cerca de las Tumbas Reales se halla la tumba de uno de los primeros gobernadores romanos de Petra, Sextus Florentinus.


Las tumbas de izquierda a derecha: del Palacio, Corintia, de Seda y de la Urna. 
Si seguimos el camino y dejamos atrás el teatro, llegaremos a la Via Columnata donde se localizaba el centro económico, religioso y de poder, pues el mercado, el Gran Templo y el Ninfeos, hogar de las ninfas, es decir, una fuente pública en la que actualmente hay un enebro de 450 años. La base de la vía es nabatea, siendo la calle comercial de Petra y siendo ampliada con los romanos. El Gran Templo es una construcción de 70 kilómetros cuadrados con propileos tanto en el norte como en el sur y triples columnatas en este y oeste. Tenía un teatro en su interior y tenía

El final de esta via da un pórtico triple que da al Templo de Qasr Al-Bint o Castillo de la hija del faraón, llamado así por una leyenda beduina, consagrado al principal dios nabateo, Dushara y su madre virgen, Al-Uzza. Se dividía en tres salas, siendo la central donde se mostraban en un altar las figuras de la deidades. Las cámaras laterales tenían balcones accesibles mediante unas escaleras adosadas al muro. Fue saqueado en el 200 d.C. y ardió en ese mismo siglo.


El templo de Qasr Al-Bint.
En lo alto de Umm al-Biyara se sitúa Ad Deir, el Monasterio, tras una subida de 1'6 kilómetros con una diferencia de altitud de 200 metros. Por el camino encontraremos simbolizado un desvío al Triclinio del León, llamado así por la presencia de dos leones en la parte baja de la puerta. Para llegar, hay que pasar por encima de rocas. Es un lugar ceremonial usado únicamente para celebrar banquetes por los antepasados y las deidades. Las tumbas se localizan a la izquierda del triclinio. Una vez llegados al Monasterio, podemos apreciar que la fachada es similar a la del Tesoro, cambiando la decoración de la base por nichos con estatuas; y que la gran urna, junto a la columna que la sujeta, mide 9 metros. También podemos ver cruces talladas, pues originalmente era un lugar donde se realizaban banquetes en honor a Obodas I, rey que fue deificado tras su muerte, pero luego se convirtió en iglesia cristiana. En el interior se hallaban betilos que fueron profanados.


Ad Deir, está precedido por el Gran Círculo.
Una vez dejada atrás la historia tan apasionante de este lugar, toca volver a la realidad. ¿Cuánto cuesta entrar a Petra? Pues eso depende de cuántos días vayas y qué día de tu estancia, pues la entrada a Petra cuesta 50 dinares jordanos si es de un día, 55 dinares si es de 2 días o 60 dinares si es de 3 días. Si visitas Petra el mismo día que llegues a Jordania o si lo visitas de paso para irte a otro país, la entrada cuesta 90 dinares. Los menores de 15 entran gratis. Su horario es de 6 a 18 en horario de verano y de 6 a 16 en horario de invierno. Lo mejor es ir en primavera u otoño y entrar a primera hora para quedarse hasta el cierre, pudiendo ver así tanto la salida como la puesta de sol, los momentos más aclamados sin olvidar el espectáculo de la noche. Estos son lunes, miércoles y jueves de 20:30 a 22:30, con un coste de 17 dinares salvo para menores de 10, gratuita. Hay que haber visitado ese día Petra para poder comprar este ticket. Pero... ¿Qué se hace? Se va desde el centro de visitantes hasta el Tesoro, lugar decorado con 1500 velas donde se narra una historia a la vez que suena música tradicional jordana.



No hay que olvidar que es un paisaje desértico, así que la crema de sol, sombreros y calzado y ropa cómoda son obligatorios. Además, hay que tener cuidado con las muestras de afecto en público, pues pueden ser multadas e incluso acarrear cárcel por perturbar la moral jordana. La homosexualidad no está penada. Para entrar, se necesita una visa especial que se puede adquirir en el propio aeropuerto y un pasaporte con más de 6 meses de validez.

Por último, si no podemos permitirnos todavía el viaje, los chicos de Zimani Project han escaneado la mayor parte de Petra para que podamos admirarla desde casa con sus modelos 3D: https://zamaniproject.org/site-jordan-petra.html#header5-4t
Además, cuenta con una app en inglés o árabe donde dan consejos, informan sobre los principales lugares y permite realizar un llamada de emergencia: https://play.google.com/store/apps/details?id=com.petra.visital_perta

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